La inseminación artificial en perras es una reproducción asistida para conseguir que la hembra quede preñada sin haber copulado con el macho. Generalmente se recurre a esta técnica cuando la perra tiene problemas para quedarse embarazada de manera natural, ya sea por el rechazo a la monta o por la mala sincronización de la ovulación en la monta.
También se utiliza para dejar embarazadas a diversas perras del mismo macho al tener éste grandes cualidades.
Es aconsejable que un profesional, como un veterinario, sea el encargado de realizar este procedimiento ya que la inexperiencia puede llevar al fracaso al ser un procedimiento que requiere mucho cuidado.
El semen se tiene que extraer y congelar para conservarlo. Después se puede llevar hasta la ubicación de la perra. El proceso puede empezar cuando la hembra esté a mitad de su celo, ya que las posibilidades en ese momento son óptimas.
Es aconsejable realizar dos inseminaciones para asegurase el embarazo. Generalmente se realizan entre 24 y 48 horas entre si.
Al seleccionar un macho con excelentes cualidades y gracias a esta técnica, pueden aumentar las cualidades en los cachorros, disminuyendo enfermedades propias de esa raza siendo más sanos y a la vez candidatos para reproducciones futuras. De esta manera se eliminan rasgos y enfermedades no deseadas de esa raza.
Es una técnica estupenda sobretodo para animales en peligro de extinción, ya que el semen congelado sigue siendo útil con el paso del tiempo, pudiendo salvar a una especie quedando solo una hembra reproductora.
El proceso tiene más éxito si se realiza con esperma fresco que con congelado, ya que al congelarlo suelen morir bastantes espermatozoides. Pero de todas formas suelen ser resultados satisfactorios.