Lo normal cuando uno se dedica a la crianza de perros, ya sea por hobbie o de forma profesional, es que llegue el momento en que quiera que se reproduzca. Esto es así sobre todo cuando se tiene una hembra de raza; si es el caso de un macho, en ocasiones se busca no solo perpetuar esa raza en concreto, sino que se espera que los descendientes tenga alguna característica especial de la que goce el padre. De todas formas, esto acaba por llegar a cualquier dueño de canes, a no ser que tengamos a nuestros animales esterilizados. Muchos expertos dicen que es necesario, pues esto evita enfermedades como tumores en los órganos sexuales, más frecuente en hembras que en machos, pero casi siempre mortales en ambos casos.
Entonces, ¿a qué edad es recomendable comenzar a pensar en la reproducción, ya sea siguiendo la línea racial, haciendo cruce de razas, o simplemente dejando a nuestros perros/as a su libre albedrío? Buenos, la edad en la que empiezan a ser no es fija en todos los animales. Se pone como fecha los seis meses del animal, pero en realidad en hembras esto depende de la primera menstruación; ahí es cuando se sabe que el cuerpo de la perra está listo para procrear. Los machos van un poco al arrastre de esto: pasada esa barrera del medio año, están listos para montar y preñar a cualquier perra en celo con la que se encuentren.
Sin embargo, en el caso de los perros, se sabe que desde cachorritos tienen tendencia a realizar una monta indiscriminada contra todo lo que pillen. Hay diversas teorías sobre esta práctica, y lo cierto es que nos hace gracia ver a nuestros perritos ir culeando a todo lo que pillan: sillas, mesas, esquinas de puertas y paredes, y sobre todo piernas de humanos. Cuando son pequeños, es su manera de ir madurando su sexualidad, curiosos e inquietos como son; y como su sentido del olfato es tan desarrollado, pueden oler feromonas femeninas a kilómetros de distancia, lo que todavía aviva más ese comportamiento. Debe dejárseles experimentar mientras son pequeños, pero una vez crece, hay que eliminar todo aquello que le sirva para la monta y corregir su comportamiento.
Muchos dueños de perros se preocupan cuando ven a sus canes machos montándose entre sí; es entonces cuando se preguntan si pueden tener perros homosexuales. La respuesta, basada en exámenes genéticos, es no: los perros no tienen ningún cromosoma que pueda probar homosexualidad en la especie. De todas formas, hay que decir que en el caso de la monta entre machos no existe la penetración, así que no es una conducta con fines reproductivos, y seguramente tampoco sexuales. Sin embargo, queremos humanizar tanto a nuestras mascotas, que puede llegar a ¿preocupar? que nuestro perro pueda llegar a ser homosexual.
Porque la otra razón de la monta entre machos podría ser tan simple como la dominación. Como buenos descendientes de los lobos, siempre tienen la necesidad de demostrar a otro congénere que ellos son el macho alfa, y que a ellos les corresponde ser el beta. Claro, esto no les libraría de ser homosexuales, pues es una situación que claramente puede darse entre humanos que lo son. ¿Acaso no existe la dominación en el porno gay? La postura más usada entre maricones es precisamente «la del perrito», que no puede ser más gráfica de lo que es ser dominado cuando hablamos de sexo. Y si echamos un ojo en las webs especializadas en el gay porn, está claro que los sujetos suelen dividirse entre los que dominan, y los que son sumisos. Al menos, en lo que se refiere a follar, no tenemos esa información una vez salen de la cama.
Así que no hay que preocuparse por las preferencias sexuales de nuestros perros, porque todos son heteros, y son una de las especias a las que más pronto les llega la madurez sexual. Eso quiere decir que si decidimos que van a reproducirse, encontraremos pocos problemas para ello, a no ser que sea alguna raza en especial con ciertas peculiaridades.